Club Deportivo Ferroviarios: El Estadio San Eugenio en su peor momento

Uno de los estadios emblemáticos de la Región Metropolitana, pasa, nuevamente, por un duro momento. En su historia, dos incendios han hecho reducir la capacidad de la galería y, actualmente, la construcción hecha hace más de setenta años, ya está en deplorables condiciones.

Por José Tomás Fernández

Estadios como tal, hay pocos en Chile. Unos tres o cuatro por región, lo que comparado con el resto de Sudamérica u otros paises desarrollados, es poco. Es por eso que cobra importancia lo que ocurre con el Estadio Ferroviario Hugo Arqueros Rodríguez, conocido popularmente como el “Estadio San Eugenio”.     

Resulta que paso de ser uno de los estadios más importantes de Chile desde su construcción en 1941, a ser uno de los estadios en peores condiciones de Chile: con la cancha en un estado horrendo, lleno de hoyos, pelones o maleza; camarines totalmente destruidos; y las galerías completamente fuera de uso debido al lamentable estado de estas.     

Cabe aclarar que fueron muchos los hechos que llevaron al Estadio San Eugenio, conocido así por estar ubicado prácticamente al lado de la Maestranza San Eugenio, a quedar en una condición tan mala. Inaugurado en 1941 como el primer recinto deportivo de primer nivel en Estación Central, su aforo máximo era de 31 mil personas, pero lamentablemente, a lo largo de su historia han ocurrido tres accidentes graves que han mermado su capacidad: tres incendios.      

La data de los incendios es prácticamente un mito, desde la dirigencia de Club no tienen datos, bomberos del sector tampoco se atreven a dar datos que no tienen consignados de manera oficial y en prensa e Internet tampoco salen datos lo suficientemente verídicos como para afirmar las fechas exactas.      

Arturo Galdames, hincha del Club y que en su niñez fue la mascota del equipo oficial, aparte de integrar Ferrobádminton, equipo antecesor del actual Ferroviarios, recuerda las tragedias. “El incendio comenzó en el camarín de Ferro y el fuego se propagó muy rápidamente, ya que la construcción de el estadio está hecha de roble nativo.      Lamentablemente eso produjo que la capacidad del estadio se redujera en un cuarto, mas o menos”, dijo Galdames. Luego contó el segundo incendio, el más grave: “Por los años 70 mas o menos, se jugo acá en el estadio un campeonato de industrias. Vinieron equipos desde Calama, La Serena, Coquimbo, Viña, Valparaíso, Concepción, Talca, Constitución, Ventana, entre muchos otros. El asunto es que se jugó todo el campeonato con total normalidad, hasta en la final ganó el equipo de Valparaíso. Todo bien, hasta que en los festejos dentro del camarín, se pusieron a celebrar tomando alcohol y fumando marihuana. Eso a mi me daba lo mismo, ellos no eran de Ferroviarios. El problema es que luego de fumarse los pitos, tiraron por la ventana del camarín las colas o colillas y justo ahí había una zarzamora seca. Lo trágico fue que el fuego no se propagó inmediatamente, sino que durante la noche comenzó a incendiarse, lo provocó la perdida de toda la galería sur. Así fue como el estadio pasó de tener una capacidad de 25 mil, luego del primer incendio, a 7 mil u 8 mil, después del segundo”.           

Galdames se emociona, ya que según cuenta “llevo a Ferro en el corazón”. Y es por eso que le duele aún más el tercer incendio que sufrió el recinto. “Yo puedo entender que los dos primeros incendios fueron sin intención: el primero, un descuido, y el segundo, un accidente circunstancial; pero lamentablemente puedo asegurarle que el tercer incendio que sufrimos fue totalmente intencional y premeditado”, cuenta Galdames.     

Esos fueron los tres principales sucesos que sufrió el “Hugo Arqueros Rodríguez”, y lo que más llama la atención al interior del Club, es la poca colaboración del estado. Luis Tapia, ex presidente y actual vicepresidente de la Rama de Fútbol del Club, cuenta que le sorprende “el hecho de que el Club Deportivo Ferroviarios ni siquiera es dueño del estadio. El propietario es la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) y, por lo tanto, el Estado debiera hacerse cargo o, por último, preocuparse y preguntar por las condiciones en que está una propiedad que les pertenece”. Ante esto, sale al paso para aclarar que en los años 2007 y 2008, cuando Michelle Bachellet se hacía cargo de la Red de Estadios Bicentenario y comprometía el aporte estatal para financiar la remodelación o construcción de los estadios de Coquimbo, La Florida, Chillán y Temuco, él le envió notas para saber que ocurriría con el emblemático estadio de Estación Central, pero la ex presidenta no le prestó atención al pedido.                         

“Ahora que está Piñera, obviamente iré a golpear su puerta. Yo amo a Ferroviarios y haré lo que sea por levantar este proyecto, no se pierde nada con preguntar… hemos consultado con el Gobierno, sin tener respuestas, hemos mandado proyectos a la ANFA (Asociación Nacional de Fútbol Amateur) y también a Chiledeportes, queremos que el Proyecto Goal de la FIFA (que financia la implementación de canchas de fútbol) nos permita contar con un mejor lugar para los futbolistas que se desempeñan acá”, agrega Tapia.                      

El equipo de fútbol, en la actualidad, participa del torneo oficial de la Tercera B, correspondiente a la cuarta división de Chile. Al estar en cuarta división, el Club es parte de la ANFA, asociación que agrupa a los equipos amateur. Y bajo esa condición, el club firma contrato con sus jugadores y solo les da ayuda cuando puede. Es por eso que causó mucha emoción el hecho de que en 2008, el Canal del Fútbol (CDF) decidiera junto a la productora M11 (de la cual Marcelo Salas es dueño), crear el programa-reality “Ferro de Corazón”, en donde emitirían un programa semanal que mostraría el diario vivir del equipo: los entrenamientos oficiales de los días martes y jueves, además del partido oficial jugado el fin de semana. Esto le trajo inconvenientes al Club, ya que hubo un choque entre los dirigentes y los jugadores: el canal latinoamericano Fox Sports comenzó a transmitir en el 2005 “Atlas, la otra pasión”, programa-reality de un club del fútbol argentino que militaba en la Primera D, lo que equivale a la cuarta división de su país. El canal, junto con darlo a conocer a nivel continental, le dio recursos al Club para que pudiera entregarle algo a los jugadores. Luego tres años de éxito, el programa-reality comenzó a bajar su sintonía. Desde la gerencia de Fox Sports comenzaron a buscar otros equipos a nivel continental para aplicar la misma fórmula pero con otro equipo. En ese momento, Ferroviarios asomó como la principal carta de relevo para el Club Atlético Atlas. Incluso, varios ejecutivos de Fox estuvieron en Chile para hablar del tema y parecía estar todo zanjado, ya que el canal se encargaría de comenzar la remodelación del estadio y eso motivaba mucho a los directivos ferroviarios. Solo debían esperar tres meses para recibir la confirmación oficial de Fox Sports. Y es ahí cuando el CDF y M11 aparecen en escena. Le ofrecen a Ferro ser el reality chileno, lo mismo que “Atlas…” en Fox Sports, pero “Ferro de Corazón” por la señal básica del Canal del Fútbol. Fue ahí cuando la dirigencia consulto con los propios jugadores. O tomaban la opción segura del CDF o esperaban tres meses la confirmación de Fox Sports. Los jugadores se inclinaron por la opción del CDF y Tapia, presidente en ese entonces, aceptó, opción de la que aún se arrepiente. “Es cierto que yo les consulté a los jugadores. Ellos me dijeron que tomáramos la opción del CDF y es algo de lo que, creo, me arrepentiré siempre, ya que el CDF, aparte del reconocimiento público por parte de muchos de los que vieron el programa, solo nos entregó una cortadora de pasto, un par de pelotas y petos de entrenamiento; lo de Fox era un negocio tremendo, ya que remodelaban el estadio y nos proveían de ropa deportiva… Perdimos una gran opción”, asegura Tapia.           

Por su condición de club amateur y de no remunerar a sus jugadores, terminada la competencia oficial, estos quedan en libertad de acción y en caso de querer seguir jugando al año siguiente, deben presentarse en las fechas que determina la dirigencia. Es por esto que Daniel Ramos, ex arquero del equipo durante este 2010, comenta lo deterioradas que están las instalaciones. “El camarín está muy mal. Se ve viejo, hay poco espacio, las duchas son malas… A veces no hay ni agua caliente. Cuesta enfocarse en lo que uno hace cuando las condiciones no son las ideales”, cuenta Ramos. Dentro de esa misma línea opina el mediocampista argentino Nicolás Pekar, quien entrenando en la cancha del estadio se fracturó el pie. “Lamentablemente el Club no cuenta con en todos los aspectos con la gente que necesita y eso se ve reflejado en la cancha, que esta llena de baches y saltitos, así que en un encontrón con un compañero, caí mal luego de saltar a cabecear una pelota y pisar un hoyo gigante… Tenés  que tener suerte para correr en esa cancha y no torcerte un pie”, cuenta con algo de ironía Pekar.

Con todos los problemas que ha traído en el tiempo el Club, los máximos regentes vieron algo de luz cuando la Universidad de Chile se acercó para preguntar por el recinto ubicado en Ramón Subercaseaux, con lo que muchos se ilusionaron con que los azules se asentarían también en Estación Central y aprovecharían de arreglar la cancha. Pero nada de eso pasó. En la concesionaria Azul Azul desistieron de adquirir el complejo deportivo, “por las tratativas que se llevan a cabo para declararlo Monumento Nacional, lo que imposibilitaría en un futuro modificar sus galerías y tribunas”, según dijeron un comunicado oficial.

Tapia se encarga de confirmar esa información: “Es cierto, estamos tratando de que este gran estadio, con cerca de 70 años, se reconocido como Monumento Nacional. Ya he hablado con el alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, y el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett. Ojalá sea pronto, porque el hincha ferroviario se lo merece, por todo lo que ha sufrido tanto en los institucional como en lo deportivo”.

Por el momento, el actual vicepresidente pareciera ser el único que busca un mejor futuro para el Club, al punto de que él mismo se encarga de la administración deportiva, abrir y cerrar el estadio, de cortar el pasto de la cancha y de hasta limpiar los camarines si es necesario. “¡Y lo hago con gusto porque amo a Ferroviarios!”.

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